Benoît Gouez, el maestro bodeguero de Moët & Chandon, y Marco Fadiga, el chef de Moët & Chandon, han ido desarrollando a lo largo de los años su propia filosofía de maridaje de gastronomía y champagne. Su objetivo es crear experiencias gastronómicas inolvidables basándose en seis principios.
Impérial, nace del vínculo histórico entre el emperador Napoleón Bonaparte y la Maison Moët & Chandon, que visitó las bodegas en 1807. Desde entonces, el champagne Moët Impérial se ha erigido en uno de los grandes embajadores del champagne en todo el mundo.
El champagne Moët Impérial Rosé es espontáneo y radiante, que se inscribe en una larga tradición de elaboración de champagne cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. Se distingue por su color reluciente, notas afrutadas y sabores expresivos. El ensamblaje de vinos tintos y blancos hace posibles maridajes hasta ahora inusitados con carnes rojas, platos picantes o verduras de verano.
El primer champagne creado para degustarse exclusivamente con hielo! Una experiencia de degustación del champagne novedosa y rompedora, de extrema frescura. El champagne Ice Impérial se presta a sorprendentes asociaciones, a momentos de amistad y espontaneidad.
El champagne rosado se sirve con cubitos de hielo, preferiblemente en verano, en la mesa de una terraza. Su color evoca el rosa dorado de una tórrida puesta de sol en el horizonte. Sus aromas sabrosos de fruta jugosa, higo, granadina y pomelo rosa, invitan a la fantasía de los maridajes.
El champagne Nectar Impérial desarrolla un paladar voluptuoso, con una alianza de cremosidad y dinamismo. Rico y vivo, reinventa el concepto de champagne Demi-Sec, que se encuentra en el origen del champagne. Su dosificación le ofrece una dulzura suntuosa que le permite acompañar platos dulces-salados, tanto postres afrutados como sabores potentes.
El champagne Nectar Impérial Rosé es una expresión voluptuosa y golosa del estilo Moët & Chandon. Su color seductor, su carácter afrutado intenso, su boca suave y su hermosa frescura final completan una propuesta arrebatadora. Su riqueza sensual requiere maridajes suaves-picantes.
2012, un año sin precedentes. Heladas, lluvias torrenciales, granizo, sequía… A un mes de la vendimia, la cosecha parecía perdida. ¡Pero un mes después, anunciábamos una de las mejores añadas de champagne! Esta cosecha extraordinaria inspiró a Benoît Gouez para crear un champagne Grand Vintage 2012 tierno, fresco y armonioso, evocando la suave transición entre la primavera y el verano.
El champagne Grand Vintage Rosé 2012 es fruto de un año de rendimientos relativamente bajos. Las uvas, tan notables por su índice de azúcar como por su acidez, son comparables a las de 2002, 1989 y 1966, grandes años de guarda. Fresca y delicada, la añada rosada 43ª de Moët & Chandon celebra la suavidad de la primavera y el comienzo del verano.
La gran cosecha de 2009 dio lugar a un magnífico champagne solar. Benoît Gouez quiso ceder el protagonismo a la variedad pinot noir, cuya potencia controlada es la espina dorsal del vino y le brinda su redondez. El resultado es un vino complejo, completo y envolvente, de textura sedosa. Un gran champagne gastronómico.
En 2009, unas estaciones bien marcadas permitieron cosechar una uva de una calidad espectacular para producir una añada rosada memorable. Benoît Gouez puso especialmente de relieve la elegancia aireada de la pinot noir, tanto en su expresión de vino blanco como en la de vino tinto. De un rosa profundo y luminoso, este gran champagne con cálidos aromas de bayas rojas es un himno a la cocina de verano.
2002, una de las mejores añadas de la historia del champagne. Los racimos recolectados, de una riqueza inédita desde 1990, impulsaron a Benoît Gouez a elaborar un champagne Grand Vintage 2002 con una gran mayoría de chardonnay, para combinar la frescura y la opulencia. Fruto de una larga maduración en contacto con las levaduras, este champagne excepcional brinda toda su riqueza y complejidad con una energía intacta.
El champagne MCIII inaugura un nuevo capítulo en la historia de Moët & Chandon y el champagne. Por primera vez, la Casa elabora un champagne de diversas añadas a partir de vinos criados en sus entornos más propicios: metal (vinos de la añada en cubas de acero inoxidable), madera (vinos reserva en barricas de roble) y vidrio (champagne durante el envejecimiento en botellas). Moët & Chandon captura las cualidades derivadas de cada uno de los medios de maduración para reproducir las características de los distintos vinos ensamblados de un modo aún más potente y audaz. Una experiencia insuperable en materia de degustación y maridaje.
« Como ocurre con su champagne, cuando el señor Moët entra en una habitación desaparece el aburrimiento. »