Maestro bodeguero de Moët & Chandon
Chef de Moët & Chandon
Curiosamente, descubrimos que no se había escrito casi nada sobre las particularidades de los maridajes de gastronomía y champagne.
Como haría un estilista con su modelo, me gusta crear la receta a partir del vino.
La gran variedad de aprovisionamiento de variedades de uva, viñedos y vendimias permite jugar con las también diversas dimensiones que puede ofrecer el champagne: riqueza, frescor, estructura, ligereza, acidez, dulzura, amargor y umami.
Con Moët & Chandon, tenemos la suerte de contar con una gama muy expresiva.
Lo más importante reside en el gusto y, más en concreto, en el equilibrio de los sabores primarios y el juego de las texturas, es decir, más allá de los aromas.
Destacan dos sentidos: el gusto y el olfato. Pero hay otros dos, un poco más secretos, por los que siento especial predilección: la cromaticidad y la textura.
Observar el plato con sus colores, matices y asociaciones, ya nos da una idea del perfil del vino.
Tengo un recuerdo persistente de un maridaje de Moët Impérial con tempura de verduras: una deliciosa sencillez, en un entorno y un estado de ánimo que hacían único ese momento.
Los maridajes cromáticos conducen a algo muy auténtico, sobre todo en la cocina. ¡Porque la naturaleza nunca se equivoca con la armonía!
Empezar por combinar un champagne Moët Impérial y un pescado con mantequilla blanca.
En mi opinión, un champagne Moët Impérial Rosé y un pato asado con frambuesas se combinan a la perfección.
« Como ocurre con su champagne, cuando el señor Moët entra en una habitación desaparece el aburrimiento. »